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Poema a las estrellas.
La selva de noche se llena con mil sonidos diversos los más bonitos son aquellos que parecen venir del cielo.
El crujir de miles de insectos que cantan en sintonía con el brillante parpadeo de millones de luceros.
Incesante código milenario, que hace vibrar corazones, y nos hace sentir integrantes del eterno palpitar del universo.
En este claro solar donde se observa buena parte del cielo, a través de las hojas del milenio, éste viejo león mira atento.
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